Miramar es un pequeño puerto donde la pesca es la principal
actividad de los lugareños. Una gran diversidad de pescado es vendido en los
pueblos vecinos y en las ramadas que se alinean en la playa, donde puede
degustarse una excelente variedad de pescados y mariscos.
Aquí es común encontrar turistas extranjeros que disfrutan de
la tranquilidad del pueblo, de la atmósfera tropical que lo rodea y de sus
bellas playas, como Platanitos, que se ubica a pocos kilómetros del puerto y
donde se puede encontrar una reserva de tortugas y caimanes
son atractivas las playas de Manzanilla y el Boquerón, a muy
poca distancia del puerto.
Localización de Santa Cruz de Miramar
Santa Cruz de Miramar
se localiza en el Municipio
San Blas del Estado de
Nayarit México y se encuentra en las coordenadas GPS:
Longitud (dec): -105.197778
Latitud (dec): 21.432500
La localidad se encuentra a una mediana altura de 10 metros sobre el nivel del mar.
Población en Santa Cruz de Miramar
La población total de Santa Cruz de Miramar es de 1353 personas, de cuales 688 son masculinos y 665 femeninas.
Edades de los ciudadanos
Los ciudadanos se dividen en 520 menores de edad y 833 adultos, de cuales 156 tienen más de 60 años.
Habitantes indígenas en Santa Cruz de Miramar
22 personas en Santa Cruz de Miramar viven en hogares indígenas. Un idioma indígena hablan de los habitantes de más de 5 años de edad 7 personas. El número de los que solo hablan un idioma indígena pero no hablan mexicano es 0, los de cuales hablan también mexicano es 7.
Estructura social
Derecho a atención médica por el seguro social, tienen 295 habitantes de Santa Cruz de Miramar.
Estructura económica
En Santa Cruz de Miramar hay un total de 372 hogares.
De estos 371 viviendas, 16 tienen piso de tierra y unos 14 consisten de una sola habitación.
358 de todas las viviendas tienen instalaciones sanitarias, 368 son conectadas al servicio publico, 365 tienen acceso a la luz eléctrica.
La estructura económica permite a 16 viviendas tener una computadora, a 230 tener una lavadora y 347 tienen una televisisón.
Educación escolar en Santa Cruz de Miramar
Aparte de que hay 87 alfabetos de 15 y más años, 14 de los jóvenes entre 6 y 14 años no asisten a la escuela.
De la población a partir de los 15 años 94 no tienen ninguna escolaridad, 414 tienen una escolaridad incompleta. 181 tienen una escolaridad básica y 237 cuentan con una educación post-bósica.
Un total de 94 de la generación de jóvenes entre 15 y 24 años de edad han asistido a la escuela, la mediana escolaridad entre la población es de 7 años.
Pequeña Historia de Santa Cruz de Miramar
A un lado de la pequeña
comunidad El Cora, a 10 km de Miramar, se yergue una hermosa cascada con varias
caídas que forman pequeñas pozas naturales situadas en medio de una densa
vegetación tropical.
Desde la playa de Miramar hacia el norte se divisa una antigua casona del siglo
XIX, con un muelle semidestruido en el frente, rodeada de platanares, cafetales
y exuberantes árboles, un río la atraviesa justo antes de desembocar en el mar.
A mediados del siglo XIX aquí se estableció un grupo de alemanes que desarrollaron
industrias de gran prosperidad. A un lado de la casona, construida en 1850,
todavía puede identificarse una antigua fábrica de jabón de aceite de coco, el
cual se exportaba a través de los puertos de San Blas y Mazatlán.
El primer dueño de la casona y de la fábrica de jabón fue Delius Hildebran,
quien también impulsó la agricultura y la cría de puercos en una pequeña
comunidad aledaña, El Llano; en El Cora se desarrollaron con gran éxito el
cultivo del café y la minería, y La Palapita llegó a tener un importante auge
minero.
Toda esta bonanza fue posible gracias a la mano de obra de los indios coras,
que en esta época poblaban en gran número la región.
La señora Frida Wild, que nació en esta antigua casona en la segunda década del
siglo, nos cuenta: "A principios de siglo mi padre, el ingeniero Ricardo
Wild, era el administrador de la propiedad en Miramar y de todo este emporio
iniciado por los alemanes desde 1850. La mayoría de éstos eran del norte de
Alemania, sobre todo de Berlín, pero eran contratados en Hamburgo. Muchos de
ellos llegaron inicialmente contratados por la cervecería del Pacífico en
Mazatlán.
En mi época, es decir entre los años veinte y treinta, toda la propiedad era
atravesada por dos calles importantes que hoy han desaparecido y que llegaban
hasta el pequeño poblado de El Llano (a 4 km): la calle Hamburgo y la calle de
los Hombres Ilustres, por donde circulaban vehículos de motor que eran traídos
desde Europa. En el muelle todos los días salía 'El Cometa', una embarcación que
hacía el viaje rápido de Miramar a San Blas. También existía un tren ligero que
llevaba las mercancías y los diversos productos que se cosechaban en ese
entonces jabón, especies, pimienta, cacao, café, etc.) hasta el muelle.
"En aquella época, frente a la casona había otras casas donde vivían más
de quince familias de los ingenieros alemanes.
“Muy presente tengo las terrazas donde los trabajadores coras ponían a secar
tabaco, encima ponían hojas de palma para que no quedara totalmente seco,
después el tabaco se ensartaba con mecate y se colgaba. En una ocasión se
volteó una de las embarcaciones que iba a San BIas transportando latas de miel;
durante días los ingenieros tuvieron que bucear para rescatar todas y cada una
de esas latas. Fue un trabajo arduo y difícil, demasiado pensaba yo, para unas
simples latas de miel; fue cuando supe que en éstas era transportado el oro que
se extraía de las minas de El Llano y El Cora.
"Las fiestas eran sin duda los eventos de mayor importancia, y los más
esperados. Para esas ocasiones preparábamos un licor con los dátiles que venían
desde Mulegé en Baja California Sur. Nunca faltaban las coles agrias como en
Alemania; primero las poníamos con sal y encima colocábamos costales de aserrín
y esperábamos a que fermentaran, después las servíamos con las clásicas
salchichas.
"Las cenas se celebraban para recibir invitados importantes que llegaban
con mucha frecuencia a Miramar. Eran grandes tertulias, los alemanes tocaban el
violín, la guitarra y el acordeón, las mujeres usaban enormes sombreros
florales y todos los detalles eran de gran elegancia.
"Recuerdo que en las mañanas desde mi balcón veía a los hombres en la
playa con sus trajes de baño largos y rayados y a las mujeres montando los
finos corceles que les eran traídos desde las caballerizas. También era
tradicional que todos los invitados y los ingenieros de Miramar fueran a pasar
unos días al recién inaugurado Hotel Bel-Mar en Mazatlán. Una de las cosas que
más recuerdo eran esos viajes que hacía con mi padre a las Islas Marías, que
entonces ya eran cárceles; íbamos a llevar mercancías, yo me quedaba siempre en
el puente del barco, veía a los presos con sus trajes rayados y sus cadenas en
pies y manos.
“Pero sin lugar a dudas mi recuerdo más vivo es aquel 12 de octubre de 1933.
Todos estábamos comiendo en la hacienda cuando los agraristas llegaron,
cortaron el teléfono y destruyeron el muelle; quedamos incomunicados, las cajas
fuertes fueron abiertas a balazos y todos los hombres adultos, entre los cuales
estaba mi padre, fueron reunidos fuera de la casona: ahí mismo fueron
ahorcados, ninguno quedó con vida.
“El Chino, quien era el cocinero, recuperó los cadáveres y los enterró. Todas
las mujeres y los niños nos fuimos a San Blas y a Mazatlán, la mayoría había
salido desde antes, ya que los rumores de la llegada de los agraristas eran
constantes desde hacía varios días.
Desde entonces la propiedad permaneció en el abandono, hasta que en los años
sesenta fue adquirida por el entonces gobernador del estado, quien hizo algunas
restauraciones y ampliaciones.
A la muerte de éste, su hijo la vendió, y hoy pertenece a una familia de Tepic,
quienes construyeron al lado de la casona original un pequeño hotel muy cómodo
y con excelentes servicios para todo aquel que busca un sitio apacible donde
pasar unos días de descanso.
En las ramadas del puerto le recomendamos ampliamente el restaurante “El
Tecolote Marinero”, donde será cálidamente atendido por su dueño (Fernando).
SI USTED VIENE A MIRAMAR
Saliendo de la ciudad de Tepic tome la carretera federal núm 76 rumbo a la
costa, tras recorrer 51 km llegará a Santa Cruz. Unos dos kilómetros hacia el
norte encontrará el pequeño pueblo de Miramar, donde podrá degustar una gran
variedad de pescados y mariscos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario